Dominando la entrada un milenario algarrobo da la bienvenida al huésped acompañado por la fragancia de lavanda de su terraza particular. Esta habitación mantiene la esencia de su primera construcción, un almacén de grano del que todavía conserva el techo original. El visitante podrá disfrutar de una amplia bañera de hidromasaje, así como de un acogedor rincón con sofá donde relajarse.
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