Palerm
La primera vez que estas tierras pasaron a manos de la familia Palerm fue en 1898 cuando el bisabuelo de mi padre, D. Mariano Palerm i Roig, compró la finca denominada por aquel entonces Finca de Ca’n Bet. Desde entonces ha pasado de padres a hijos hasta hoy en que el sueño de toda una familia se ha hecho realidad.
El sueño no es otro que convertir la casa de la familia en un tranquilo y bello lugar de reposo para los que buscan un poco de paz en estos días de intensa y agitada actividad.
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